Para todos los emigrantes abejerucos (que son o han sido), donde quiera que se encuentren, y todos aquellos que echan de menos Abejera desde cualquier lugar de España o del mundo.
Siempre digo, a quien lo quiera saber, que nací o me nacieron en Abejera; y cualquiera que me haya preguntado de donde soy no se ha quedado solo con la idea de que soy “de un pueblo cercano a Tàbara o Alcañices”, “de Zamora, noroeste...”, “de Castilla y León, provincia de Zamora...entre León y Salamanca” (para los que ni siquiera recuerdan que Zamora existe) o incluso explicar “al nordeste de Portugal, pero en España claro...). Al final siempre puedes decir, "buscalo en el Google maps..."
Sin embargo no he vivido en mi querido pueblo ni la mitad de mi vida; como tantos, yo también emigré un día... aunque mi caso ha sido un destierro gradual que ha tenido su punto mas álgido, hasta el momento, el pasado año. Es por eso que en mis primeros años fuera del pueblo apenas lo echaba de menos, porque podía ir cada poquito tiempo e incluso la larga temporada de verano. Ahora cuento fácil las veces que he estado desde hace mas o menos un año. Y es ahora también cuando puedo entender un poco mejor a tantos que se fueron sin fecha de regreso. Sentir la tierra de una cuando no puedes estar en ella hace que se la quiera de otra manera, no se si incluso más. Y se valora mucho mas todo lo bueno que hay en ella; incluso se sobrevalora. Es como parte de la familia, porque ha sido parte importante de la vida y ha forjado gran parte de lo que hoy somos. Los tiempos son otros, nada que ver, pero los sentimientos son los mismos. Cierto que tenemos mucha mas comunicación y también mejores posibilidades de regreso, aunque solo sea de visita.
Lo saben bien todos aquellos que durante años han emigrado desde Abejera; algunos volvieron para establecerse de nuevo en el pueblo, otros regresan de vacaciones y hubo también quien no pudo ver nunca mas la tierra que les vio nacer.
Echando la vista atrás, se idealiza todo, los recuerdos se mezclan con los datos que se reciben desde allá. Recuerdos que van desde la época de la escuela hasta otros ratos disfrutados siendo ya mas mayor. La “mistura” (como dirían los portugueses) conforma una nueva realidad, que no es mejor ni peor, sino diferente.
Mientras no puedes ver la peña del Castro, puedes buscar imágenes (en el PC o en el recuerdo); algo distinto es si quieres “sentir” Abejera con todos los sentidos...olores, sabores...; cuanto mas lejos menor frecuencia y mayor es la añoranza.
Sería una magnífica idea guardar en un frasquito de cristal un poco de esencia abejeruca para momentos en los que se la echa de menos. Hasta entonces lo mejor son las fotos...
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